“…, Que juegues a ser pequeño no sirve al mundo.
Nada hay de iluminado en encogerte para que otros no se sientan inseguros en tu presencia.
Todos fuimos hechos para brillar, como brillan los niños.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios que llevamos dentro.
Esa gloria no está solo en algunos de nosotros, está en todos.
Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacerlo también.
Al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros”.
Marianne Williamson