Nuestros vínculos deben convertirse en una celebración de nuestra GRANDEZA,
en un reconocimiento de lo SAGRADO que vive en TI y en MI.
Yo la celebro contigo y Tú conmigo.
De esta forma las relaciones no pueden ser menos que sanas y satisfactorias,
de un vínculo que representa LA CELEBRACIÓN MISMA DE NUESTRA EXISTENCIA.