Hoy quiero compartir con vosotros esta CELEBRACIÓN A LA VIDA.
Especialmente este año porque ha sido un año de BENDICIONES, procesos y ALEGRÍAS INIMAGINABLES.
Celebro el SER en el que me he convertido casi sin saberlo. Hace un año atrás contemplaba otros paisajes, experimentaba otras emociones, administraba otros pensamientos, y vivía otras realidades.
El amor ha sido clave. El amor a la vida misma y a mi propia existencia, sabiendo que podría no estar aquí, disfruto a cada segundo ESTAR VIVA.
Celebro todo el amor que sentí y entregué con el corazón abierto. Celebro mis errores y mis aciertos. Celebro mis dudas y mis momentos de lucidez. Celebro lo que aprendí y el inmenso amor que recibí, de cada persona, en cada situación, a cada momento.
Celebro mis nuevas emociones que, a mis 49 años, tengo la GRACIA de experimentar y seguir descubriendo.
Celebro cada persona que conocí en este maravilloso camino de este último año. Personas bellas, con verdadero deseo de encontrarse con el otro. Celebro cada nuevo sitio que conocí y cada lección que aprendí.
Celebro todo lo que fui capaz de SOLTAR y todo lo que fui capaz de conseguir.
Celebro mi PAZ. La PAZ que fui capaz de construir más allá del entorno que me rodeaba a cada momento. Esa PAZ que nadie puede quitarme porque es una PAZ construida desde cada una de mis células. Trabajada con PACIENCIA y COMPASIÓN para generar nuevas realidades. Una PAZ que está a tu alcance si quieres compartirla.
Celebro la tierra que pisé, el suelo que me sostuvo a cada instante, las casas que me dieron cobijo, los amigos que abracé, los besos que di, las canciones que escuché y los países que visité.
Celebro la LIBERTAD QUE ALCANCÉ.
Celebro cada gramo de comida que me alimentó y cada caricia que sentí. La luz que me alumbró y la oscuridad que me permitió VER mi propia luz interior.
Celebro cada situación incómoda que me regaló el saber quién soy y cómo me dispongo frente a la vida, cómo quiero definirme si es que, siendo tan infinitos, eso puede hacerse de alguna manera.
Celebro este escrito y el ordenador que me permite escribirlo. Celebro la VIDA.
Celebro que estés aquí celebrando conmigo la vida misma, habernos encontrado a través de Internet y estar unidos a través de este instante, más REAL que “virtual”.
Celebro en la soledad de este momento conmigo y celebro el silencio que me permite escuchar cada palabra que escribo. Celebro que lo celebres conmigo.
Celebro los baños en la mar y en el río, las risas y las carcajadas con amigos. Celebro ser madre y vivir un amor tan grande por mis hijos y saber que es eterno e INFINITO.
Celebro los reencuentros, que fueron muchos. Celebro saber que todo está disponible en esta maravillosa existencia si estamos dispuesto a ABRIRNOS.
Celebro la Tierra, esta nave espacial tan GENEROSA.
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