El Desapego Como Camino

El Des-apego como camino. Parte 1.

El Des-apego como camino.

   De qué hablamos cuando hablamos de apego o desapego. ¿Qué es el des-apego?
   Antes de todo me gustaría aclarar que el desapego no se trata de no tener ambición. El desapego no se trata de no tener objetivos y trabajar por ellos. El desapego tampoco se trata de no darle valor a las cosas. Es importante tener esto en cuenta para conseguir entender la raíz y el propósito del desapego porque es justo lo contrario. El desapego trata de que tú te conviertes en la fuente de todos tus recursos, de que no dependas de las emociones ni acciones de los demás, ni de las circunstancias. Se trata de que tú eres tu propio proveedor de todo lo que deseas y necesitas en la vida. De reconocer de que todo eso ya vive en ti y de saber cómo encontrarlo.
   En segundo lugar, te invito a que te quedes hasta el final de esta charla porque estoy convencida de que cuando termines de escucharla te sentirás tan motivado como pocas veces te sentiste.
   Vamos a hablar del desapego en diferentes áreas y con relación a diferentes aspectos de la vida, pero empezaremos por el desapego en relación con las personas: familia, amigos, parejas, conocidos.
   Cuando lo hablamos en relación con una persona, de lo primero que hablamos es de AMOR INCONDICIONAL qué significa:  SIN condiciones. Cuando amamos a una persona con desapego la amamos sin condiciones: yo te amo sin la condición de que estés a mi lado, sin la condición de ser o hacer las cosas como a mí me gusta, te amo LIBRE, solo-sola o quién tú quieras estar, te amo, aunque no esté de acuerdo con lo que hagas o no me guste CÓMO lo hagas. Te amo, sin condición de tiempo ni espacio ni forma. Suelto cualquier tipo de expectativa y me distancio del resultado.
   El desapego está íntimamente ligado al respeto, el respeto por permitir que otro sea quién quiera ser.
   El desapego está íntimamente relacionado con nuestros niveles de independencia y responsabilidad con nuestra propia vida. Con la libertad o la necesidad de justificar lo que hacemos, sentimos, pensamos…, si tenemos esta necesidad es que estamos apegados a aquello frente a lo cual deseo justificarme. Con el compromiso de sernos fieles, honesto y NO POSPONERNOS. Con el amor real y sano para con nosotros mismos y para con los demás. Incluso con el amor hacia la vida misma. He visto como alguien por mantenerse apegado a algo o a alguien, a un trabajo, un lugar, una situación, un amor, deja de serse fiel, de responder a sus propias necesidades internas creyendo que mantenerse apegado a ESO, le dará más felicidad.
   Con cada apego creamos una cárcel para nosotros mismos. Nos convertimos en esclavos de todo aquello que creemos “necesitamos” agarrar, asir metafóricamente. Está relacionado íntimamente con la imagen que tenemos de nosotros mismos.
   Y esto también está íntimamente relacionado con nuestro poder creador.
   Todo apego está ligado al miedo a la pérdida de algo. Incluso a veces pensamos que perder a alguien es perder una parte de nosotros mismos.  El miedo es una emoción muy poderosa y creadora, así como lo es el amor.
   Por lo tanto, los apegos crean realidades, los desapegos también.
   ¿Crearemos condicionamientos? ¿O crearemos libertad? ¿Tenemos miedo a ser realmente libres? En realidad, ¿cuál es el miedo de fondo cuando no queremos soltar? Y aquí hablamos de soltar emociones y acontecimientos ilusorios creados por la especulación insaciable del ego. Y para hacer este proceso de desapegarme del miedo, debo dejarlo entrar. Las emociones golpean a las puertas de nuestro corazón y nos resistimos a ellas. Pero lo cierto es que, si no les abro la puerta (aunque no me guste), si no las dejo entrar y me sumerjo en ellas, no podré descubrir lo que esa emoción viene a decirme. Debo bucear en ella para descubrir su naturaleza y así, comprenderla, abrazarla y entonces dejarla marchar. Y para hacer este proceso debo soltar algunas veces también mi alegría y saber que estará allí esperándome, del otro lado del proceso, cuando comprenda la naturaleza que aquello que estoy sintiendo.
   En última instancia, el miedo a soltar, dejar ir y desapegarse de absolutamente todo, ES UNA FALTA DE RECONOCIMIENTO DE NUESTRA PROPIA NATURALEZA DIVINA, de nuestra propia grandeza, magnificencia y poder creador. Al no reconocer nuestra GRANDEZA y vernos pequeños y limitados, buscamos erróneamente completarnos con los demás, personas, cosas, situaciones, lo que sea.
   Suelen ensañarnos que nacimos incompletos, carentes, limitados y entonces nos pasamos la vida intentando acumular recursos, personas, hacemos un camino hacia la ambición y la especulación y olvidamos a nuestro maestro interno, matamos a nuestra sabiduría interior en pro de acumular recursos, recursos con los que ya hemos sido dotados por derecho de nacimiento.
   Tenemos la ilusión falsa de creer que, para estar más conectados, más completos, debemos “acoplarnos” a algo o a alguien; que la UNIÓN, ese TODOS SOMOS UNO que nos gustaría sentir de forma real en nuestra vida, se consigue con apego, con atención, con forzar el tiempo compartido, las ideas en común, entre otras tantas cosas. Pero lo cierto es que, para estar con todos, en todo, en todas partes, al mismo tiempo, debemos deshacernos de todo ello. Ésta es la paradoja de la vida.
   Poner la intención y soltar. Ambas cosas.
   La intención es muy poderosa por sí sola, pero si no te desapegas de los resultados a los que esa intención te lleva o llevará, estarás haciendo fuerza en la dirección contraria.
   Entonces es cuando todo llega a ti, primero de forma interna, en tu estado de ser y de estar, en cómo te relaciones con los demás, en cómo te tratas a ti mismo, en cómo te relacionas con cada cosa que llega a tus manos… porque tampoco es el soltar y dejar ir en sí mismo lo que provoca este cambio sino LA PERSONA EN LA QUE TE CONVIERTES POR EL CAMINO. Te conviertes en un ser tan grande que el universo no puede hacer otra cosa más que servirte.
   Cuando aceptas que todo es un regalo, que nada es tuyo, sino que se te ofrece para que sea administrado por ti, entonces comienzas a llenarte de bendiciones, comienzas a reconocer tu verdadera naturaleza, a sentir y a vivir la libertad desde el ser, no desde el hacer. Tu mundo se transforma porque responde a tu nuevo ser. No se trata de sentarte a esperar a que sucedan milagros, se trata de que cuando alcanzas una actitud de grandeza interior, de paz interior, de conexión interior, de riqueza interior, emites nueva información al inconsciente colectivo y éste, al recibir esa nueva información que no es más que la frecuencia que estás emitiendo, te responde acorde a eso.
   Cuanto más completo estés en ti mismo, más capacitado te reconocerá el universo para darte sus creaciones. Pero cuidado que, si intentas este proceso de desapego con la mera intención de recibir, ¡¡NO FUNCIONARÁ!! No puedes engañar al Campo o al inconsciente colectivo, porque éste escucha cómo vibras, lo que emites es lo que emites, y lo que emites es el mensaje.
   Este desapego debe ser real, SENTIDO desde el corazón, no desde la mente. No es una decisión estratégica, es una actitud ante la vida. Se trata de emprender un camino en solitario, (que no necesariamente en soledad, aunque a veces estas dos circunstancias se combinan y entonces el proceso es más intenso), para auto descubrirte: Tú, sólo con tu yo.
   Y nadie más y nada más.
   Es un camino a ciegas en el cual no sabes ni a dónde llegarás, ni quienes te acompañarán en el camino o si estrás absolutamente solo por un tiempo, te adentras en todo lo que no sabes que está ahí, esperando a ser descubierto.
   El desapego se trata también de qué tengo YO para ofrecer al mundo, a los demás, al planeta, a la vida. Es el compromiso con ser mi mejor versión. Si alguien cree que no tiene nada que ofrecer o que tiene poco que ofrecer: en primer lugar, el universo poco le traerá, porque estará respondiendo a su visión de carencia. En segundo lugar, ¡no estás viendo tu propia verdad! No estás conectado con su grandeza, con su verdad y esto es lo más triste de todo.
   Tan sólo una idea puede cambiar el mundo. Ya lo hemos visto muchas veces a lo largo de la historia de la humanidad. Cuántas personas cambiaron millones de vidas, cambiaron nuestra forma de vivir para siempre con tan sólo una idea. Pero para tener esa idea que nos cambió el mundo, esas personas no podían estar intentando agarrar nada de allí afuera. Por el contrario, estuvieron buceando en su grandeza interior y para hacer eso, debieron despojarse de todo ruido, distracción, condicionamiento, etc., para poder otorgar un valor, literalmente histórico. Sólo con una idea que surgió de su nada, de su propio vacío interior.
   La única tarea es con nosotros mismos. Construirnos a nosotros mismos. Soltarlo todo, vaciarnos para poder descubrir nuestros propios tesoros, y compartirlos con el mundo.
   Y este es el resultado del desapego:
   Aquí se encuentra la verdadera unión, la de compartir nuestra grandeza, la grandeza del otro, yo contigo y tú conmigo, se trata de compartir y colaborar, no de poseer o exigir, (ese es el camino de la destrucción).
   Para caminar por el camino del desapego que lleva a la PAZ, hace falta valor y el coraje es el punto de inflexión. Confianza en ti mismo y en la luz y el espíritu que te guía. Fe, recordando que la fe es la certeza en lo que aún no se ve. Fe en ti, en tu naturaleza infinita y poder ilimitado. Fe en que el universo de desenvuelve como debe según un propósito mayor, que tú estás aquí por alguna razón valiosa, no por accidente. El universo no comete errores y tú formas parte de su plan. Cree en eso y será tan fácil sentirte liviano y ser feliz.
   No te dejes hipnotizar por el afuera. Cuando comiences a transitar por el camino del desapego descubrirás, entre otros tesoros, que lo que ves en el mundo allá afuera y lo que perciben tus 5 sentidos es sólo una pequeña sombra distorsionada de la verdad.
   Consciencia es la palabra.
   Cuando cambias tu forma de mirar las cosas, las cosas que ves cambian decía Dyer. Cuando comienzas a verte a ti mismo, a los demás y al mundo desde el camino del desapego, todo tu mundo cambiará. El camino del desapego es el camino de la LIBERTAD, es el camino hacia el encuentro de lo que es eterno y será eterno para ti en tu vida.
   En el viejo paradigma, el humano debía salir al mundo a buscar cosas, a conseguir lo que necesitaba. Hoy, en el nuevo paradigma en el cual nos encontramos, en este nuevo estado de consciencia planetario, debemos sentarnos en silencio y quietud, dejarnos ser, y soltar y la nueva información que necesitamos llegará a nosotros si la dejamos entrar. Si soltamos todo lo conocido, si soltamos el amor, la tristeza, la soledad, la libertad, si soltamos todo aquellos que creemos que somos, el personaje y su historia y sus dramas y alegrías, lo que deseamos y tememos y nos dejamos amar por el momento presente y nada más, toda la información que cada una de nuestras células necesitas, toda la información que necesitamos para resolver ese problema o situación, toda la información que no sabíamos que necesitábamos dado que no sabemos lo que no sabemos, llegará a nosotros inevitablemente.
   Éste es el nuevo humano. Desapégate de TODO y ábrete a la LIBERTAD, LA ABUNDACIA, LA SALUD, EL AMOR QUE INEVITÁBLEMENTE LLEGARÁN A TU VIDA.
Paula A. Manes.
Acompañante espiritual.
Terapeuta.
Lectora de Registros Akáshicos.
Facilitadora de PSYCH-K®.
(+34) 675 68 27 15 – España

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